Arde Afganistán: Mueren 14 estadounidenses y la OTAN pide más tropas

IAR Noticias
26/10/09

A esta altura, y como producto de la alienación "informativa", muy pocos relacionan a Afganistán con un país invadido y ocupado militarmente a sangre y fuego desde hace ocho años. Las "noticias" de la prensa internacional y el discurso de los políticos y funcionarios imperiales lo presentan como un país inmerso en la violencia "insurgente" o "terrorista" de los talibanes, a los que las tropas combinadas de la OTAN y EEUU tratan de derrotar para restaurar el "orden y la paz". Los talibanes -vale aclararlo- son los mismos que hace ocho años fueron derrocados del gobierno por una invasión militar (de la OTAN y EEUU) que los llevó a una guerra de resistencia que hoy -según el propio jefe de la Alianza- están a punto de ganar ante la impotencia de las fuerzas ocupantes para contenerlos. Y esto nos remite a un cuadro de situación: Los que resisten y matan invasores en Irak no son "terroristas" ni "insurgentes", son talibanes afganos, nativos de Afganistán que luchan por reconquistar su propio territorio ocupado por las fuerzas imperiales invasoras. Es una cuestión de precisión (diferenciar al invasor del invadido) para evitar que el uso direccionador del "lenguaje informativo" imperial convierta al invasor en "fuerzas de EEUU y de la OTAN" que luchan contra los "terroristas talibanes" (el invadido) para "pacificar el país". Este uso manipulador del lenguaje informativo no solamente convierte a la víctima en victimario sino que además le permite -con total impunidad- decir al presidente del Imperio invasor, Barack Obama, que EEUU está trabajando para "conseguir la paz" en Afganistán.

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En medio de una feroz ofensiva de los combatientes talibanes, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, pidió este fin de semana más tropas a los Estados miembros, para combatir a la insurgencia talibán que -según el propio comandante militar de la Alianza- ya controla una parte mayoritaria del territorio.

Rasmussen indicó que espera que los ministros dejen claro si respaldan los consejos del general McChrystal, comandante de las tropas estadounidenses y de la OTAN, sobre cómo afrontar la extensión de la "insurgencia" y sobre la forma de acelerar el entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas.

"Para que tenga éxito, debemos ayudar a Afganistán para que se convierta en un país que pueda resistir la insurgencia, porque es la única forma de combatir el terrorismo", indicó.

"No debería haber dudas sobre nuestra determinación para cumplir con esta misión, y deberíamos permanecer tanto tiempo como sea necesario para que tenga éxito", aseguró Rasmussen.

Este fin de semana, once soldados estadounidenses y tres civiles de la misma nacionalidad murieron en diversos enfrentamientos y al estrellarse un helicóptero militar en el oeste de Afganistán, según anunció la OTAN en un comunicado.

El helicóptero "se estrelló por motivos que aún se ignoran en el oeste de Afganistán", pero la causa del accidente "aparentemente no se debe a una acción enemiga", según dicho comunicado.

El secretario general de la OTAN afirmó igualmente que es necesario mostrar a la sociedad que las fuerzas occidentales transferirán la responsabilidad militar a las fuerzas afganas "más pronto que tarde". "Creo firmemente que si mostramos a las sociedades de nuestros países que estamos haciendo progresos, habría una luz al final del túnel y nos apoyarían", aseguró.

Rasmussen pidió más esfuerzos para entrenar, equipar y financiar a las fuerzas afganas, alertando que la inacción tendría graves consecuencias para la estabilidad en la región y entre los Estados miembro de la OTAN.

Los países de la OTAN se han mostrado reacios a enviar más tropas por las preocupaciones y el rechazo social frente al aumento de bajas militares, que hace bajar la popularidad de los líderes de las superpotencias involucradas.

Las fuerzas ocupantes de la OTAN en Afganistán cuentan actualmente con 65.000 efectivos estadounidenses y 39.000 de los países aliados. El general McChrystal, comandante militar de la Alianza, ha pedido añadir entre 30.000 y 40.000 más, aunque no se esperan anuncios de nuevos envíos de tropas.

Principalmente, las potencias aliadas están a la espera de lo que decida EEUU, que no se pronunciará probablemente hasta después de la segunda vuelta de las farsescas elecciones presidenciales afganas del próximo 7 de noviembre.

Según sus propios comandantes, EEUU va perdiendo la guerra militar de ocupación en Afganistán, y esta situación tensiona el enfrentamiento interno entre los sectores ultra conservadores que digitan la política militar y la administración demócrata que maneja la agenda exterior desde el Departamento de Estado.

Los jefes de la OTAN y el Pentágono presionan por más tropas, y Obama y sus asesores, atentos al rechazo social entre los estadounidenses que genera esta guerra, no terminan de configurar una nueva estrategia para salir del pantano.

La parálisis favorece la ofensiva de los talibanes que ya han creado un "gobierno en las sombras" en las regiones que controlan.

En la primera semana de septiembre, el comandante de las tropas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, el general norteamericano Stanley McChrystal, había pedido al Pentágono en un informe, revisar la "estrategia" de las fuerzas extranjeras ocupantes para combatir a los talibanes.

El jefe militar de la OTAN en Afganistán advirtió en dicho documento remitido al Departamento de Defensa de EEUU, que si no recibía más tropas EEUU corría el riesgo de fracasar y ser derrotado en Afganistán.

Según el máximo responsable de la campaña militar en Afganistán, "la mayor debilidad de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad) es que no ha defendido con agresividad a los propios afganos, más preocupados por defender a sus propias fuerzas". "Hemos operado de una manera que nos ha distanciado -físicamente y psicológicamente- de la gente a la que teníamos que proteger", explicó.

El documento describe el poder del "Gobierno en la sombra" de los talibanes que bajo la dirección del mulá Omar, capitaliza las debilidades de las tropas ocupantes y del gobierno colaboracionista afgano.

A sólo ocho meses de haber relanzado la nueva pantalla de la "guerra contraterrorista" (heredada de Bush), la estrategia de Obama comienza claramente a resquebrajarse en Afganistán donde la resistencia talibán y los muertos estadounidenses y europeos crecen en simétricas proporciones.

La guerra de ocupación en Afganistán sobresale nítidamente como el frente más "peligroso" para el eje ocupante EEUU-OTAN, cuyas tropas se encuentran sometidas a una feroz y sangrienta contraofensiva de los talibanes que ya controlan más del 70% del país, según organizaciones internacionales que actúan en el país.

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